viernes, 6 de febrero de 2015

Placer y orgasmo femenino

Hace muy poco leí un artículo de una sexóloga que aunque hablaba de que no existen distintos tipos de orgasmos femeninos (clitoriano o vaginal) y que sólo existe un orgasmo (algo con lo que estoy de acuerdo) sí que afirmaba que para conseguir obtenerlo es necesaria la estimulación del clítoris sí o sí y que las mujeres que no lo necesitaban, eran sólo excepciones. Y aquí no estoy de acuerdo en absoluto.


El placer es accesible desde cualquier parte del cuerpo y el orgasmo se puede obtener estimulando sólo el clítoris, sólo la vagina o incluso sólo el ano. Y me arriesgo a decirlo: Por igual en todas las mujeres. Todas las mujeres tienen esa capacidad, sólo que a algunas les falta la habilidad. ¡Porque no me creo que yo haya dado con todas las “excepciones” de España! En terapia me refiero, tampoco he ligado tanto ;-)

Porque entonces, si para llegar al orgasmo es necesario estimular el clítoris, las mujeres que no logran alcanzarlo ni con sexo oral, ni con mano, ni con vibrador ni con nada… ¿son también excepciones?

¿Qué deberían hacer las mujeres entonces? ¿Resignarse? ¿Conformarse con lo que creen que es su límite? No entiendo cómo se puede estandarizar el placer de esa manera.

A mis talleres y a consulta han acudido numerosas mujeres que eran incapaces de obtener un orgasmo en pareja. Y otras cuantas que ni tan siquiera en solitario. Y resulta que después de varias sesiones, lograban convertirse en excepciones. Curioso. Supongo que cuando algunas de ellas (seguidoras de mi blog) lean estas palabras se sentirán muy contentas de ser “excepciones”.

Así que si alguna de vosotras que me estáis leyendo os sentís identificadas, voy a explicaros por qué no sois excepciones y guiaros a otro tipo de conciencia para que logréis serlo.

El placer se puede obtener de cientos de formas posibles. Pero, ¿por qué no logras experimentarlo como esas otras mujeres que afirman disfrutar de orgasmos con distintos tipos de estimulación? Pues como habéis podido leer en muchos sitios, y que también comparto, el mayor órgano sexual es el cerebro. Pero ¿qué aloja el cerebro? La mente.

Para la terapia Sexitiva, el placer está relacionado con el segundo chakra y se bloquea con la culpa. Y la culpa es algo que maneja la mente. Ahí entramos en un conflicto mental muy grande. Placer-culpa. Porque, aunque ambas se alojen en la mente, el placer suele manifestarse cuando logramos desconectar. Sólo al relajarnos el cerebro es capaz de sentir placer y preparar al cuerpo para el orgasmo. Sin embargo, la culpa se manifiesta con la conciencia. Y cuanto más pensemos, más le demos vueltas a la cabeza, más viva sentiremos la culpa y más bloquearemos nuestra capacidad de experimentar placer.

Hay varias formas de culpa: culturales, sociales, religiosas, familiares, etc… Episodios en los que creemos e integramos que no merecemos sentir placer; educación estricta donde nos dijeron que tocarnos es pecado, está mal, es de niñas malas…; poca o ninguna experiencia sexual donde lo que obtenemos, es lo que creemos que vale y es; y un largo etcétera…

Y a parte de la culpa, también suele bloquearnos el placer de forma inconsciente, tenemos el bloqueo que hacemos conscientemente al suprimir el dolor que nos causa en determinado momento algo. Evitar el sufrimiento, nos suprime también el placer, pues ambas cosas tratan de “sentir”. Y no tenemos receptores sensitivos para cada sentimiento… o sentimos o no sentimos.

Por eso cuando se junta todo, somos incapaces de sentir no sólo un orgasmo, sino cualquier tipo de placer en nuestra piel.

Y para romper con esto, debemos reaprender a disfrutar. Desarrollar nuestra sensualidad, enfrentarnos a nuestros miedos, reconocer nuestros sentimientos de culpa y perdonarnos. Debemos aceptar la realidad, pues todo eso es pasado.

Y aunque el placer sea tuyo, no significa que debes buscarlo sola tú; si tu pareja no acierta, guíale. O toma el control. La responsabilidad de obtenerlo sí que es tuya. En terapia Sexitiva, la clave de llegar al orgasmo con cualquier estímulo, es llevar tu excitación y deseo más allá de los límites que conocías, pues así lograrás una desconexión con la mente que permitirá a tu cerebro disfrutar y sentir todo el placer acumulado. Después, el orgasmo está servido…

A solas o en pareja, no pienses. Disfruta. Explora. Experimenta. Goza.



¡Sed sexitivas!

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