Armonizar el deseo

Mucho se habla ahora sobre el deseo, sobre quién tiene más (el hombre o la mujer) y sobre todo de cómo aumentarlo. Pero por mi experiencia, lo que realmente buscan muchas personas cuando acuden a la llamada de “cómo potenciar tu deseo” es a “cómo demonios consigo que mi pareja tenga ganas cuando las tengo yo”.

¿Por qué lloramos después de follar?

¿Qué mujer no ha llorado alguna vez después de follar? Alguna habrá por supuesto, al igual que también lloran algunos hombres. Que no lloren tantos hombres como mujeres tiene la misma explicación a porqué se llora. Al menos se entenderá fácilmente.

Muchas personas achacan ese llanto a la tensión emocional: Estrés, nerviosismo acumulado, etc… Y podríamos decir que sí pero nos quedaríamos muy cortos. La tensión emocional lo que provoca en realidad no es el llanto, sino que facilita el proceso que lleva al llanto.

Por cierto hombres del mundo, ese llanto es liberador, purificador, sanador… ¡Es alegría y gozo puro! ¡No os asustéis! Ni comencéis a verborrear “qué te pasa” “te he hecho daño” “lo siento” “es que no sé” “puedo hacer algo” qué ha ocurrido” etcétera etcétera… No ocurre nada… o sí. Sí que ocurre algo. Y es que habéis conseguido algo maravilloso. Habéis descorchado un bloqueo muy jodido en vuestra pareja y lo habéis convertido en algo bueno y sanador. Así que cállate, túmbate a su lado y abrázala hasta que se dé la vuelta y comience a besarte con una sonrisa en la cara.

De todos modos si un hombre ha sido capaz de provocarte el llanto después de follar, es que es un tío muy sensible y sensitivo y no te agobiará a preguntas. Te dejará llorar y te arropará. Si te cosen a preguntas quien provocó el llanto fue la tensión emocional de la que hablábamos al principio. Y me repito, esa tensión no es la causante, sino la facilitadora.

Y vamos a la cuestión. Las emociones, todas, se nutren de la energía sexual. Por lo que están estrechamente ligadas. La energía sexual no sólo es una energía creadora, sino también una energía sanadora (y muy potente). Pero para acceder a ella y conseguir su poder sanador hay que conseguir entregarse a la propia sexualidad al cien por cien y dejarse llevar.

Conseguir esto hoy en día parece una quimera en muchas mujeres y muchos hombres, cada uno por distintos motivos. Las mujeres por vergüenza, culpa, frustraciones, etc… y los hombres por ego. En resumen, la mente a todos los niveles nos impide disfrutar y ser nosotros mismos.

Bien, pues la energía sexual sana cualquier tipo de bloqueo que tengamos a nivel emocional o a nivel sexual (por la conexión antes mencionada) siempre que nos dejemos llevar y sentir como hemos dicho. Y la tensión emocional (estrés y demás) lo que consigue es que estemos tan agotadas, tan rendidas, que provoque una desconexión de la mente y un descontrol del cuerpo, las percepciones, las emociones y el placer. Entonces en ese momento de debilidad de la mente, si hacemos el amor, lograremos “sentir” aunque por el desconocimiento no seamos muy conscientes. Y es cuando la energía sexual podrá expandirse y romper alguno de esos bloqueos que todos tenemos, llegar a nuestro centro emocional y liberarse. Y la mayoría de las veces lo hará en forma de llanto, pero también lo hace en forma de risa descontrolada. Pero al final, de uno u otro modo, otorga felicidad, alegría.

Y si tienes una pareja muy sensitiva, provocará en determinados momentos ese llanto porque él sabe cómo desconectar tu mente del mundo. Y la energía sexual incluso es mucho más potente y el llanto más liberador.

Así que folla, llora, ríe, grita, ¡se feliz! Permite a la energía sexual recorrer tu cuerpo porque ella sanará cualquier bloqueo. Y así, poco a poco, eliminarás cualquier infelicidad y ansiedad que sientas sin saber porqué ni de qué es.

Recuerda, ese llanto, viene de un sitio más profundo que cualquier mal día de nervios y estrés. Así que aunque te sientas genial y descargada, párate un minuto siempre que llores, a pensar de dónde salió.

¡Sexitivízate!

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